Las preocupaciones son una de las causas más comunes que derivan en el insomnio. 

Alguna vez en nuestra vida, hemos tenido problemas para conciliar el sueño. Esto muchas veces se relaciona con tener la cabeza llena de pensamientos, que nos generan sensación de preocupación, estrés, miedo o ansiedad.

Las emociones fuertes hacen que sea complicado descansar. Esto se debe a que nos mantienen alerta ante lo que se puede considerar peligroso o una amenaza para uno mismo.

Es un círculo vicioso. El no poder dormir por las preocupaciones nos llevan a estar aún más preocupados. Esto puede, según algunos estudios, generar problemas de salud.

¿Debo acudir a un médico si mis preocupaciones no me dejan descansar?

Si las preocupaciones de tu día a día te impiden descansar de manera persistente y afectan tu calidad de vida, es importante considerar buscar la ayuda de un profesional. 

Y es que, si a la falta de sueño le sumamos los síntomas de ansiedad o depresión, esto puede derivar en un aumento del riesgo de padecer ciertas enfermedades que afecten a tu corazón, obesidad, diabetes, incluso temblores y calambres en los músculos. 

Acudir a un especialista puede incluir a un médico, un psicólogo o un psiquiatra, dependiendo de la gravedad y las causas subyacentes de tus problemas de sueño. Un médico puede evaluar si hay alguna patología previa médica que esté causando tus problemas de sueño y puede recomendarte tratamientos adecuados.

Un psicólogo o un psiquiatra pueden ayudarte a trabajar en las preocupaciones y ansiedades que están afectando tu sueño y ofrecerte estrategias efectivas para manejarlas. También pueden considerar la prescripción de medicamentos si se considera necesario.

En cualquier caso, es importante buscar ayuda lo antes posible antes de que los problemas de sueño empeoren y afecten aún más tu bienestar y calidad de vida.

Afronta tus preocupaciones, recupera tu sueño

Repasar nuestras preocupaciones antes de dormir nos puede ayudar a tener una perspectiva más clara y objetiva sobre ellas. De esta manera, podemos encontrar soluciones más efectivas a nuestros problemas y abordarlos con mayor confianza.

Hay varias estrategias que puedes probar para afrontar tus preocupaciones y lograr un sueño reparador:

Escribe tus preocupaciones

Repasar nuestras preocupaciones nos permite identificar y clasificar los pensamientos que nos están generando ansiedad o estrés. Al hacerlo, podemos encontrar soluciones a los problemas y dejar de lado aquellos que no requieren acción inmediata.

Por ello, antes de acostarte, escribe tus preocupaciones y pensamientos en u. papel. Esto puede ayudarte a liberarlos de tu mente, mediante su organización, y a prepararte para dormir.

Practica la relajación

Al poner en orden nuestras preocupaciones, podemos liberar la tensión y reducir la ansiedad que puede interferir en un sueño reparador. 

Puedes probar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga antes de acostarte para ayudar a calmarte y reducir el estrés.

Crea un ambiente relajante

Asegurate de que tu habitación, el espacio donde quieres descansar, sea fresco y cómodo. Debe estar a oscuras y en silencio. Opta por utilizar una manta o un colchón cómodo que se adapte a tus necesidades.

Evita la estimulación antes de dormir

Intenta evitar la exposición a pantallas brillantes (como televisores, computadoras y teléfonos móviles) antes de dormir. La luz azul que proyectan puede interferir con la liberación de melatonina, una hormona que ayuda a regulación del sueño.

Establece una rutina nocturna

Trata de ir a la cama y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto puede ayudar a regular tu ritmo circadiano y a mejorar la calidad de tu sueño

Puedes probar a establecer una rutina antes de acostarte, como leer un libro o tomar un baño ducha caliente. Esto te ayudará a relajarte y prepararte para dormir.

Si a pesar de estas estrategias sigues teniendo problemas para dormir, es posible que sea necesario buscar la ayuda de un profesional como ya te hemos recomendado antes. Un médico o un terapeuta pueden ayudarte a abordar tus preocupaciones y a desarrollar estrategias más efectivas para mejorar tu sueño.