Dormir impacta en tu capacidad de estudiar y en tu rendimiento académico
Descansar las horas necesarias en cada cuerpo es fundamental para mantener una buena salud mental y física. Lo que muchas veces no se tiene en cuenta es que también tiene un impacto en la capacidad de estudiar.
Sin embargo, parece difícil e imposible encontrar un equilibrio entre dormir lo suficiente y cumplir con todas las responsabilidades académicas.
Uno de los mayores desafíos para los estudiantes es encontrar ese equilibrio entre sueño y estudio. A menudo, los estudiantes tienen dificultades para equilibrar estas dos actividades, lo que puede tener un impacto negativo en su rendimiento académico y bienestar general.
En este artículo, encontrarás algunos útiles para ayudar a los estudiantes a encontrar el balance perfecto entre el descanso y el estudio, para que puedan alcanzar sus objetivos académicos sin comprometer su salud y bienestar.
Un mal descanso afecta a tu rendimiento
No descansar lo suficiente o de mala manera afecta a tu rendimiento, también al académico. En el caso de los niños, también su crecimiento se puede ver afectado.
La Universidad de California (Los Ángeles) realizó un estudio donde han demostrado que el equilibrio entre horas de estudio y descanso es necesario para que el rendimiento académico sea óptimo
Y es que actividades como leer, escribir, asistir a clase, suponen el esfuerzo de prestar atención. Si duermes poco, te costará más mantenerte enfocado. También pueden provocar lagunas o que empieces a cabecear, lo que te lleva a perder la concentración.
La falta de sueño también perjudica la retención y almacenamiento de la información, un proceso que se produce durante el sueño.
Mientras se duerme, se unifican los contenidos aprendidos con los ya conocidos, quedando almacenados en la memoria a largo plazo.
Por ello, es importante que tanto niños como adolescentes duerman más que los adultos, ya que pasan más tiempo de aprendizaje, y esto les ayuda en época de exámenes.
¿Por qué me duermo mientras estudio?
Alguna vez habrás experimentado que, durante el estudio, empiezan a entrarte ganas de dormir. Y es que muchas veces no es estimulante estudiar, sobre todo cuando te apetece desconectar después de un duro día de clase o trabajo.
Por ello, te vamos a dar algunos consejos para que no te duermas mientras estudias y alcances tus objetivos:
- Descansa lo suficiente. Asegurate de dormir lo suficiente para que tu cuerpo y mente estén descansados y puedas mantenerte alerta durante el estudio.
- Estudia en un lugar iluminado y ventilado. Trata de estudiar en un lugar con buena iluminación y ventilación para evitar la sensación de sueño.
- Haz ejercicio. Realiza ejercicio físico antes de estudiar para estimular tu cuerpo y mantenerte alerta.
- Toma descansos frecuentes. Es importante tomar descansos regulares para evitar la fatiga mental y física. Prueba a moverte y tomar un descanso cada 30-50 minutos, te ayudará a mantenerte despierto y a aliviar el estrés
- Establece un horario de estudio. Establece un horario de estudio regular y trata de seguirlo para que tu cuerpo se acostumbre a estar despierto y alerta durante ese tiempo.
- Cambia de actividad. Alterna entre diferentes actividades de estudio para evitar aburrirte y mantenerte alerta.
- Bebe agua. El sentirte fatigado o con sensación de somnolencia pueden ser signos de deshidratación, que altera las funciones cognitivas. Debes mantener tu cuerpo hidratado bebiendo suficiente agua durante el estudio para evitar la fatiga mental.
- Evita comidas pesadas. Evita comer comidas pesadas o ricas en grasas antes o durante el estudio, ya que pueden hacerte sentir cansado y somnoliento.
Encuentra el equilibrio entre dormir y estudiar
Ahora que conoces cómo de importante es un buen descanso para poder estudiar, incluso para el trabajo, te dejamos algunas ideas para encontrar el equilibrio perfecto entre dormir y estudiar:
- Establece una rutina de sueño. Trata de ir a la cama y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a tu cuerpo a acostumbrarse a un horario regular y a mejorar la calidad de tu sueño.
- Prioriza tu tiempo. Piensa en las tareas más importantes que debes realizar cada día y planifica tu tiempo de manera efectiva para que puedas completarlas antes de acostarte. De esta manera, podrás relajarte sabiendo que has cumplido con tus responsabilidades y tendrás más tiempo para dormir.
- Trabaja en intervalos. Estudiar durante largas horas puede ser agotador y puede afectar la calidad de tu sueño. Trata de trabajar en intervalos regulares, por ejemplo, 45 minutos de estudio seguido de un descanso de 15 minutos. Esto te ayudará a mantenerte fresco y alerta durante más tiempo.
- Crea un ambiente de sueño adecuado. Trata de crear un ambiente de sueño que sea cómodo y acogedor, asegurándote de que tu habitación esté lo suficientemente oscura, tranquila y fresca.
- Evita las pantallas antes de dormir. Las pantallas de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, tabletas y computadoras emiten luz azul, que puede interferir con la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular el sueño. Trata de evitar el uso de estos dispositivos al menos una hora antes de dormir.
- Prueba técnicas de relajación. Técnicas como la meditación, la respiración profunda y el yoga pueden ayudarte a reducir el estrés y a conciliar el sueño más fácilmente. Trata de incorporar alguna de estas técnicas en tu rutina nocturna.
- Sé consciente de tu propio cuerpo. Cada persona es diferente, por lo que es importante que prestes atención a tu cuerpo y te des cuenta de cuántas horas de sueño necesitas para sentirte descansado. No todas las personas necesitan dormir la misma cantidad de tiempo, así que experimenta y encuentra el equilibrio adecuado para ti.
Ahora que ya conoces las técnicas para establecer un equilibrio entre el sueño óptimo y tu capacidad de estudio, es el momento de que te hagas la pregunta: ¿es tu colchón el adecuado para ayudarte a mantenerte descansado? Si no lo sabes, te recomendamos que hagas este test para saber cuál es el colchón que más te beneficia.